Construido por iniciativa de Benedetto Pesaro a mediados del siglo XV, el edificio, ampliado y transformado a lo largo de los siglos, se presenta con la majestuosidad de su vasta mole con una fachada hacia el canal di Ca’ Michiel y con una más extensa, y entre las más complejas del gótico veneciano, hacia el campo de San Beneto. El palacio cuenta con algunas soluciones arquitectónicas de considerable valor, como las dos heptáforas del primer y segundo piso noble, y una inusual profundidad de las salas de paso entre las dos fachadas, de más de 43 metros de longitud. Su estructura es tradicional en la arquitectura veneciana. Realizado a partir de un edificio anterior, nacido con características de almacén comercial, a lo largo de un eje que conecta la entrada desde el canal con la de la tierra, el salón, se desarrollan y se amplían habitaciones y servicios. De hecho, en la planta baja todavía se pueden ver huellas de cuatro arcos rebajados, más tarde tapados, que originalmente determinaban un efecto interior-exterior.
También los interiores presentan algunos elementos arquitectónicos particularmente relevantes y refinados, como los arquitrabes de madera y los pilares de mármol esculpidos del primer piso noble.
Citado como uno de los principales edificios de la ciudad por Francesco Sansovino en su Venetia Città Nobilissima, en el siglo XVI, como recuerda Sanudo en su Diarii, aquí la Compagnia della Calza, llamada de los “Immortali”, y la de los “Ortolani”, ofrecieron numerosas y memorables fiestas en honor de príncipes, patricios y damas de la nobleza y una, suntuosa que dio Pietro Pesaro en 1522 “por su elección como procurador de S. Marco”. Notables las obras de arte que la familia Pesaro había coleccionado y que se podían admirar en su interior: (…) “excelentes pinturas antiguas y modernas, entre las que destacan una·Samaritana”, realizada por Pordenone; una Adultera de Giorgione “(…).
Tras extinguirse hacia finales del siglo XVII la descendencia masculina de la familia Pesaro de S. Beneto, el edificio se dividió en dos propiedades, una parte fue a Elena Pesaro, última heredera directa, la otra parte a la familia Pesaro de S. Stae. Desde 1720 hasta 1825 aproximadamente, el edificio consta que estaba completamente alquilado. Entre otros albergó la Tipografia Albrizzi, algunas sociedades musicales como, desde 1786, la “Accademia degli Orfei”, y a continuación la “Società Apolinnea”, que después se trasladó al Teatro “La Fenice”. En la segunda mitad del siglo XIX, el edificio se dividió en varios apartamentos con la consiguiente creación de nuevas comunicaciones verticales y horizontales para dar cabida a unas 350 personas de condición humilde. Por consiguiente, se encontraba en un estado de deterioro y decadencia cuando Mariano Fortuny Madrazo, atraído por esta belleza arquitectónica, entró por primera vez en 1898, estableciendo su estudio allí, en una enorme habitación ubicada en la buhardilla del edificio. A lo largo de los años, tras adquirir las otras partes del inmueble, Fortuny, con paciencia, pero con constancia, comenzó el trabajo de recuperación del edificio: a medida que se iba la gente, liberaba los apartamentos, rehabilitaba las habitaciones, derribaba tabiques y superestructuras, devolviendo a este, equilibro y proporción. Después de un primer uso dedicado a sus experimentos artísticos y escenotécnicos, Fortuny eligió el palacio Pesaro-Orfei como su demora. Instaló un pequeño taller en 1907, junto con su compañera y musa inspiradora, Henriette Nigrin, con quien se casó en 1924, después de algunos años, dedicaron dos pisos completos del edificio al extraordinario taller de costura para la creación e impresión de tejidos de seda y terciopelo. Mientras Mariano perfeccionaba sus estudios y sus invenciones, Henriette, con una dedicación excepcional, dirigió el taller cuidando la parte más difícil, la de la coloración.
Después de la muerte de Fortuny, acaecida en 1949, el palacio fue donado al Ayuntamiento de Venecia en 1956 para ser “usado perpetuamente como centro de cultura en relación con el arte”, como se indica expresamente en el acto notarial; de hecho, la administración de la ciudad tomó posesión de ella solo en 1965, fecha de la muerte de su viuda Henriette. El Museo se inauguró en 1975, a pesar de una serie de expoliaciones criminales del mobiliario, ocurridos en años anteriores, la sede original del museo, más una casa-museo que un museo auténtico, se ha caracterizado a lo largo de los años como centro de actividades de exposición dedicado a las artes visuales, conservando, sin embargo, intactas las características de lo que fue el estudio preferido en el primer piso noble de Mariano Fortuny. También sigue intacta su valiosa biblioteca, riquísima, también esta, de mobiliario, objetos y preciosos volúmenes de arte y técnica. La colección de pinturas, los preciosos tejidos que cubren completamente las paredes, las famosas lámparas son testimonios de la genial inspiración del artista, que se movía entre experimentación e innovación, testimonios de su presencia en la escena intelectual y artística internacional a caballo de los siglos XIX y XX.
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Mariano Fortuny and his Palace (English version)
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